Tras el reporte sobre la instalación de artefactos explosivos de baja potencia en tres locales de Falabella, ubicados en centros comerciales del occidente y sur de la ciudad, las autoridades indagan cuál sería su objetivo y quiénes estarían detrás. La investigación parte de la hipótesis de que, en caso de activarse, “los daños serían mínimos”, le dijo a este diario una alta fuente policial.Barajan varias hipótesis sobre el origen de los dispositivos, mientras equipos especializados visitarán las tiendas este fin de semana para ampliar información con el personal administrativo y recopilar material probatorio.Comunicado Falabella Foto:FalabellaLas diligencias son lideradas por la Policía Metropolitana de Bogotá, que mantiene abiertas varias líneas de investigación. La única descartada desde el inicio es la de una posible presión extorsiva.Una fuente le dijo a EL TIEMPO que no existen denuncias por amenazas ni extorsiones contra la compañía, lo que orienta las pesquisas hacia la identificación de los autores y sus motivaciones.Todo apunta a que podría tratarse de una acción aislada con fines de intimidación, especialmente por coincidir con la celebración de Halloween, una fecha de alta afluencia en los centros comerciales.Aunque aún no se ha establecido la autoría, no se descarta la participación de un grupo armado que haya subcontratado a una estructura de delincuencia organizada para ejecutar la acción en la capital.De hecho, existe el antecedente del atentado con explosivos en el Centro Comercial Andino, también en vísperas de un día festivo, atribuido al Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP).Las diligencias investigativasEn las visitas a las tiendas, las autoridades buscarán recoger las declaraciones del personal administrativo y revisar los registros de seguridad interna y las cámaras de vigilancia, con el fin de determinar si hubo movimientos sospechosos en los días previos y precisar el momento exacto en que los objetos fueron colocados dentro de las instalaciones comerciales.Policía Metropolitana de Bogotá. Foto:AlcaldíaFalabella informó que mantiene comunicación permanente con la Policía y con los administradores de los centros comerciales, colaborando con las inspecciones y aportando la información requerida para esclarecer los hechos. Mientras avanzan las investigaciones, los establecimientos continúan operando bajo vigilancia reforzada y con protocolos preventivos activados.Fuentes de inteligencia indicaron a este diario que desde hace más de tres meses las agencias de seguridad manejan indicios sobre posibles ataques, tras detectar movimientos internos de grupos ilegales que delinquen en la capital.Las alertas no solo se relacionan con la presencia de estructuras armadas, sino también con un proceso de reconfiguración del control territorial impulsado por las disputas en torno al mercado local de estupefacientes.Las pugnas por el microtráfico en Bogotá han derivado en una serie de confrontaciones que han alterado las dinámicas criminales.La competencia por puntos de distribución, corredores de movilidad y control de expendios ha fracturado alianzas existentes y generado nuevos pactos entre organizaciones, incluidos pequeños grupos de las disidencias de las Farc con presencia urbana, así como células del Eln.En medio de este escenario, las acciones violentas son interpretadas como mecanismos para recuperar presencia, enviar mensajes a rivales o presionar reacomodos internos en redes afectadas logística y financieramente por los recientes operativos de la Fuerza Pública.Alcalde anuncia que financiación de flota eléctrica Foto:Jesús Blanquicet y Sara Valentina Quevedo – Redacción Justicia

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