Pleno al quince para Viktor Orbán en su visita a Donald Trump. El presidente con más poder de los últimos tiempos en Estados Unidos y el autoritario primer ministro húngaro han sellado este viernes el comienzo de una “era dorada” en sus relaciones, en la reunión que ambos han celebrado en la Casa Blanca, y el centroeuropeo se marcha con un “sí” a todo lo que había venido a pedir, y más. No solo una puerta a poder seguir comprando gas y petróleo ruso; también la sintonía del estadounidense con todas sus posiciones, similares a las de Putin, sobre la guerra en Ucrania.El húngaro se ha marchado de Washington henchido de gozo. El poder mantener sus compras de petróleo y gas ruso sin riesgo de sanciones secundarias representa un salvavidas para la delicada economía de la nación centroeuropea. El espaldarazo de Trump le permite presumir ante sus ciudadanos de credenciales de líder internacional, tras cuatro años de puertas firmemente cerradas en Washington y de sanciones por el deterioro de la democracia en su país. Es una baza muy bienvenida de cara a las elecciones parlamentarias de abril, que se perfilan como las más difíciles de su mandato. En una rueda de prensa con los medios de su país a su salida de la Casa Blanca, Orbán daba por hecha la excepción húngara a las nuevas sanciones estadounidenses contra las grandes petroleras rusas, Lukoil y Rosneft, y sus subsidiarias. Los dos líderes examinaron la situación y “concluyeron que Hungría está en una posición distinta que otros países europeos, que es por lo que ha recibido permiso a comprar gas desde el gasoducto sur y petróleo del este”, incluido el combustible proporcionado por las firmas rusas penalizadas, según el medio húngaro 24.hu citando al primer ministro.Al comienzo de su encuentro, que tuvo la guerra en Ucrania y las sanciones contra Rusia como telón de fondo, Trump se había mostrado dispuesto a esa autorización. “Es muy difícil para él [Orbán] recibir gas y petróleo desde otras áreas, porque su país no tiene acceso al mar, ni puertos”, ha asegurado. Las sanciones entrarán en vigor el próximo 21 de noviembre. Hungría es una ávida consumidora de energía rusa: importa el 86% de su petróleo del país agresor en la guerra en Ucrania, según un análisis del think tank Atlantic Council. El republicano ha señalado que otros países en Europa que sí tienen acceso a alternativas también compran combustibles a Rusia. “Habría que preguntar mejor a esos numerosos países europeos que compran a Rusia”, ha declarado. El resto de las declaraciones públicas transcurrió en un tono similar, con elogios de Trump al líder europeo más pro-Putin. El estadounidense también elogió la política húngara de intolerancia hacia la inmigración y recomendó al resto de los países europeos “aprender de Viktor”. “Ha mantenido una postura muy firme, sobre todo en lo que respecta a la inmigración ilegal”, sosteníaLa cita ha reunido a dos admiradores mutuos, que comparten una visión similar del mundo y sobre estilos de gobierno. Trump, que ya había recibido a Orbán en la residencia presidencial en 2019, durante su primer mandato, ha elogiado al autoritario primer ministro como “una buena persona”. El húngaro declaraba durante la reunión que su encuentro abría una “nueva era dorada” en las relaciones bilaterales, tras el aislamiento que encontró durante la era del demócrata Joe Biden. El Gobierno republicano ha levantado algunas de las sanciones que le impuso su predecesor como castigo a los retrocesos democráticos en Hungría.Cercanía con MoscúTrump también ha abierto la puerta a retomar la reunión que había tenido prevista con el presidente ruso, Vladímir Putin, en Budapest. El republicano había cancelado esa cita solo cinco días después de anunciarla, frustrado por la falta de flexibilidad del ruso para sentarse a negociar sobre un alto el fuego y la paz en Ucrania. “Me gustaría mantener la reunión en Hungría, en Budapest. Acabé decidiendo que no quería celebrarla porque no me dio la impresión de que fuera a ocurrir nada importante en ella. Pero si la celebramos, me gustaría que fuera en Budapest”, apuntaba. “La disputa fundamental es que ellos simplemente no quieren acabar todavía (los combates). Yo creo que lo acabarán haciendo”, explicó el estadounidense sobre las razones por las que se suspendió el encuentro. “Creo que esto ha tenido un gran impacto en Rusia”, ha agregado.En su momento, al anunciar el proyecto de cumbre, Trump declaró que se optó por Budapest porque tanto él como Putin mantienen una excelente relación con Orbán. El húngaro —como el estadounidense hasta que su frustración con Putin le llevó a cambiar de opinión— mantiene posiciones cercanas a Moscú sobre la guerra y apunta que apoyar a Kiev equivale a “apoyar la guerra”. Orbán es partidario de que Ucrania ceda territorio a Rusia para conseguir un alto el fuego, sostiene que Hungría no debe hacer nada por Ucrania y ha obstaculizado o bloqueado medidas en favor de Kiev en el seno de la Unión Europea, donde forzó el retraso de un acuerdo de 50.000 millones en ayuda para Ucrania. En su reunión con Trump, el húngaro ha asegurado que su Gobierno y el estadounidense son “los únicos en favor de la paz”. “Todos los demás prefieren seguir con la guerra, porque muchos de ellos creen que Ucrania puede ganar en el frente, que es una manera de malinterpretar cómo están las cosas”, apuntaba. “¿No cree que Ucrania pueda ganar la guerra, entonces?“, le preguntó el presidente estadounidense. ”Pueden ocurrir milagros”, se burló el primer ministro. El viaje de Orbán a a Washington llega cinco meses antes de las elecciones parlamentarias en su país, en las que, por primera vez desde su llegada al poder, el partido del dirigente autoritario, Fidesz, se ve en apuros. Los sondeos apuntan a una ventaja del principal partido de la oposición, Tisza, encabezado por Peter Magyar.
Trump abre la puerta a permitir a Orbán que Hungría siga comprando petróleo ruso | Internacional
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