Después del gran varapalo que sufrió la selección femenina de balonmano el viernes contra Islas Feroe en el Mundial, su gran cañonera, Danila So Delgado, decidió echar el cerrojo y no saber nada del mundo exterior. “Me esforcé mucho para que ni siquiera me llegara nada. Yo, como entiendo lo que supone estar en un campeonato como este, hay cosas que están fuera de nuestra mano y nos pueden afectar más de la cuenta. Así que no dediqué ni un segundo a leer lo que decía la gente. Eso no aporta”, afirma en el autobús que llevaba este lunes al equipo de Trier a Dortmund, donde disputará la segunda fase después reconducir la situación tras la gran victoria contra Montenegro. Este martes, ante Serbia (15.30, Teledeporte), duelo clave para mantener las opciones de entrar en cuartos (el jueves le toca Islandia y el sábado, Alemania).La crítica fue dura tras el inesperado derrumbe frente a Islas Feroe y se pudieron leer, incluso, algunos insultos racistas en redes. “No sé nada de eso”, zanja por teléfono esta lateral de 24 años, de padres de Guinea-Bissau y acento maño. La selección vivió, probablemente, las horas más complicadas desde que hace un año se inició el gran relevo generacional. El pesimismo lo inundó todo hasta que renació con las balcánicas. “Después de Islas Feroe, todos hicimos un ejercicio de introspección para pensar qué queríamos demostrar. Nosotras siempre vamos al 100%, pero al final esto no va de darlo todo, sino dar lo mejor. Ese día fue un cúmulo de situaciones. Quizá por la inexperiencia, por no saber controlar el partido cuando lo teníamos bajo control”, explica Danila So Delgado sobre un grupo en el que alrededor de la mitad apenas ronda la veintena de internacionalidades. Incluso más: la portera titular, Lucía Prades, llegó al Mundial con solo siete encuentros. En aquellas 44 horas de búsqueda de una catarsis colectiva entre la decepción de Islas Feroe y la cita del domingo ante Montenegro, So Delgado explica que el seleccionador, Ambros Martín, no les pidió nada extraordinario. “Solo que fuésemos nosotras mismas. Ganar a Montenegro debe entrar en lo ordinario, no es algo imposible. No había que quitarse ningún peso de encima, sino mostrar la cara que de verdad pueden dar las Guerreras”, subraya. La resurrección ante las balcánicas fue radical (26-31), pero ahora el reto es no volver a descarrilar. “Nos falta tener más estabilidad y constancia en lo que nos marcamos. Seguimos siendo las mismas que empezamos hace un año demostrando la garra y las ganas de competir contra todo el mundo”, apunta esta bombardera.“Puede rendir al máximo nivel”El duelo con Serbia de este martes se antoja crucial, y puede que decisivo en las aspiraciones de pasar a cuartos. Hay seis conjuntos para dos plazas, los dos equipos parten con dos puntos (Alemania, cuatro; Montenegro e Islas Feroe, dos; y Uruguay, cero) y, para cerrar todos los círculos alrededor de este choque, enfrente se encuentra el exseleccionador español José Ignacio Prades, exayudante también de Ambros Martín. La cita lo concentra todo, especialmente, la gran oportunidad de asfaltar el camino a unos cruces que sabrían a gloria dentro del proyecto de reconstrucción. La nueva etapa comenzó hace 15 meses con Danila So Delgado como referente. Fibrosa, atlética y puro físico, ella ofrece todo lo que siempre le ha costado a España: lanzamiento exterior. En este Mundial, suma 18 goles en 34 lanzamientos, la máxima anotadora de la selección gracias a una plasticidad y elasticidad a la hora de elevarse que llenan los ojos. “Ha comprobado que puede rendir al máximo nivel en Ligas más competitivas, asumiendo un rol muy importante y llevando la responsabilidad. Ha tenido una progresión fantástica pese a su juventud”, valora Ambros Martín sobre una lateral que quería ser futbolista (sus padres lo fueron en Guinea Bissau y un hermano pasó por La Masia), y acabó en el balonmano por seguir a sus amigas. Superó una rotura de cruzado con 17 años, se matriculó en Criminología y, tras el chasco de no ir a los Juegos, se marchó en 2024 al Gloria Bistrita rumano, donde es la máxima artillera de su equipo en la Champions (44 tantos). “En el extranjero he adquirido más sabiduría y experiencia”, afirma. “He tenido que sacarme yo sola las castañas del fuego, y eso te da una madurez personal y deportiva. Siempre he sido madura, pero ahora me ha tocado aprender las cosas más rápido”, indica. En la pista, los técnicos coinciden en que su gran margen de mejora es el conocimiento táctico. España retomó este domingo el control sobre un Mundial que amenazaba con terminar en un disgusto. Paró el golpe, devolvió el coche a la carretera y este martes, con Danila So Delgado al volante, empieza la segunda fase. “Lo de Montenegro fue un paso más en la competición y ahora debemos seguir concentradas”, concluye la zaragozana.

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