
Las deudas que Ricardo Salinas Pliego había adquirido con Hacienda tienen monto definitivo, el único elemento que faltaba por fijar para que el proceso entrara en la fase final, la de ejecución. Tras el varapalo que sufrió en la Suprema Corte el pasado 13 de noviembre, que falló en su contra en siete pleitos, el empresario mexicano deberá enfrentar ahora un pago final de 51.000 millones de pesos, según ha anunciado el director del Servicio Tributario (SAT), Antonio Martínez Dagnino, este viernes por la mañana durante la conferencia matutina de la presidenta, Claudia Sheinbaum. El responsable del SAT ha especificado que el requerimiento se notificará este mismo enero. Las deudas se remontan a ejercicios fiscales de entre 2008 y 2013 y sumaban inicialmente 35.873 millones de pesos, pero los retrasos han añadido recargos hasta dejar la millonaria cifra de los 51.000 millones. Si Salinas Pliego decide pagar voluntariamente, no obstante, podrá solicitar ajustes de hasta el 39%. “Ojalá pague”, ha dicho esta mañana la mandataria, que ha reiterado que se trata de una cuestión legal y no política, el otro frente donde el Gobierno batalla diariamente con el quinto hombre más rico de México. Sin embargo, el anuncio del Servicio Tributario, esperado desde el histórico fallo del Constitucional, llega un día después de que el magnate visitara la Casa Blanca para acudir a la cena organizada por el presidente estadounidense, Donald Trump. “Pagamos y listo, ¿qué más? Se les está acabando su narrativa”, ha expresado Salinas Pliego en sus redes sociales después de que el Ejecutivo hiciera público el monto final. Tras este último golpe, el millonario está prácticamente sin opciones para continuar eludiendo el pago de las deudas, cuyo retraso en algunos casos es de 17 años. Preguntada por un periodista sobre el destino de ese dinero, la presidenta ha puesto de referencia la pensión del bienestar para mujeres, que el año que viene contará con un presupuesto de 59.000 millones, y ha hablado de “aumentar las becas”. “Se va a utilizar para la gente”, ha resumido, y ha rechazado pronunciarse sobre la visita del empresario al país del norte. El plano político es un terreno resbaladizo para Sheinbaum en lo que respecta a Salinas Pliego. El magnate ha capitalizado las protestas de la autodenominada generación Z, que reunieron en la primera convocatoria a unas 17.000 personas, muchas de ellas adultos mayores, contra el Ejecutivo de Morena, y despunta ahora como el principal opositor al partido de la presidenta, con el que polemiza cada día. La cuestión no ha trascendido, todavía, a una candidatura, pero el líder del conservador PAN, Jorge Romero, abrió la puerta en una entrevista con EL PAÍS a que fuera su candidato presidencial en 2030. En ese escenario, las batallas legales se entremezclan con las políticas hasta formar un magma difícil de separar, pues todo acaba desembocando en una pelea por hacerse con la opinión pública. A pesar de ello, el terreno judicial ha dejado poco margen para cualquier choque. El empresario perdió en las instancias inferiores contra el SAT y la Suprema Corte, que evitó pronunciarse sobre el fondo de los asuntos, volvió firmes las sentencias que el último tribunal había dictado. El Congreso había allanado el terreno para el cobro un mes antes, con la reforma al recurso de amparo impulsada por el Gobierno, precisamente, para apretar a los deudores fiscales como él. Por un lado, quedó establecido que es improcedente el amparo contra actos administrativos que exijan el pago de créditos fiscales firmes y eliminó la posibilidad de solicitar la prescripción de un crédito definitivo. Por el otro, incluyó una cláusula de retroactividad parcial que permitía aplicar la reforma a casos ya abiertos que entraran en una fase nueva del proceso: una forma de no renunciar al cobro expedito de los créditos que están actualmente en litigio, que suman dos billones de pesos en total y se encuentran en diferentes instancias. La notoriedad pública de Salinas Pliego ha convertido al empresario en el símbolo de una de las principales batallas de los Gobiernos morenistas, aumentar la recaudación sin implementar una reforma fiscal para poder mantener la cuantiosa financiación necesaria de los programas sociales. La única forma de hacerlo es cerrar los agujeros por donde se está deslizando el dinero que ya debería estar entrando en las arcas públicas, y el millonario se había vuelto, con el tiempo, en un experto en localizar esas grietas. El Ejecutivo está ahora volcado en cerrarlas, y el magnate mexicano ha visto cómo en apenas unos meses han sido vencidas sus estrategias judiciales de la última década. Entrada en la fase de ejecución, ya solo puede plantear un único recurso final, previo al remate de los bienes, si decide no pagar voluntariamente. En cualquiera de los dos casos, según apuntan los expertos, muy posiblemente las millonarias deudas quedarán saldadas en el plazo de un año.
Hacienda requerirá a Salinas Pliego el pago de 51.000 millones de pesos en enero
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