Sus películas no gustaban a los críticos, pero llenaban las salas de cine. El director y guionista Mariano Ozores ha fallecido este miércoles, a los 98 años, en su domicilio de Madrid, ha informado la Academia de Cine. El cineasta, gran exponente de la comedia popular española de la segunda mitad del siglo XX, realizó 96 películas que vieron alrededor de 90 millones de personas. Sus filmes fueron tildados a menudo de “casposos” por buscar un humor facilón, a veces chabacano, pero, como recuerda la Academia, Ozores defendía que su política de trabajo era: “Vamos a divertirnos un rato y de paso hacemos una película”. Su apellido remite a una de las sagas importantes del cine español: sus padres fueron actores de teatro, él era hermano de los ya fallecidos actores José Luis Ozores y Antonio Ozores y tío de las actrices Adriana Ozores y Emma Ozores.“¿Por qué conecté con el público? Porque mis películas tienen siempre una sorpresa: situaciones inesperadas, frases atrevidas… Mis largometrajes no eran una radiografía de la sociedad, sino una parodia. Tomábamos de arranque una sorpresa y luego la adaptábamos al momento, a la situación. Y sin olvidarme lo principal: respetar al público, que es todo lo que fui y lo que soy, y a él le debo todo lo que tengo”, decía en una entrevista con EL PAÍS en 2016, cuando recibió el Goya de Honor. El día que recogió el galardón por su “sólida y vasta trayectoria dedicada a la comedia”, según la Academia, lo agradeció a “ese ente misterioso” al que le debía todo, “el público, el respetable público”.A Ozores, sin embargo, nunca le gustó el término españolada para calificar a sus películas, aunque sea un término que remite a una exageración en el cine de los rasgos típicamente españoles: “Ha sido usado como etiqueta despreciativa, como si fuera cine de flamenco, de traje de cola”, decía.Nacido en Madrid, en 1926, fue el segundo hijo de Luisa Puchol y Mariano Ozores, actores. A los 17 años comenzó a trabajar en la compañía teatral de sus padres, haciendo de tramoyista, ayudante, apuntador o representante cuando hacía falta. “Soy autodidacta. Ir de teatro en teatro, visitando pueblos y ciudades, me hizo ver como el público se reía, de qué se reía y cómo lo hacía”, aseguraba.Más informaciónEn 1952 empezó en el cine con el guion de Ché, qué loco y durante casi una década trabajó en la productora del también director Benito Perojo de la mano del dramaturgo Alfonso Paso, con quien escribió Los amantes del desierto, Susana y yo y La noche y el alba, entre otras. En Televisión Española ejerció de director de programación, presentando y dirigiendo series, documentales y programas, como Aeropuerto Telefunken, en 1959. Su debut como director de cine fue también en 1959, con Las dos y media y veneno, protagonizada por sus dos hermanos —con los que había montado una productora— y su cuñada Elisa Montes.El prolífico Ozores posee el título de segundo director en España con más películas, 96, según la Academia. Gran trabajador, escribía los guiones cuando llegaba a casa después de haber grabado, lo que le llevó a poder realizar varios títulos al año. Así, en 1982 estrenó Que vienen los socialistas (400.000 espectadores en salas), El hijo del cura (más de un millón), Padre no hay más que dos (800.000), Todos al suelo (1.300.000) y Cristóbal Colón, de oficio… descubridor (un millón y medio). La clave, como contaba a David Trueba en una entrevista en El País Semanal de 2015, era que sobre todo le gustaba estar en casa. “No iba a reuniones, ni salas de fiestas, ni cócteles. Me aburren mucho. Sin embargo, a inicios de los sesenta, intentó hacer películas de autor, como Salto mortal (1962); una de ciencia ficción, La hora incógnita (1964), incluso cine religioso, como Alegre juventud. “Fue un desastre en taquilla. Las críticas nunca han sido muy buenas, nunca me trataron bien, excepto con La hora incógnita. El título no fue mío, que yo le puse Dios eligió sus viajeros, pero el distribuidor me dijo que Dios no era rentable. Su título tampoco fue muy lejos”, contaba a este diario. Así que decidió volcarse en el cine popular, con películas baratas, que rodaba en cuatro semanas.Así llegaron filmes sobre la picaresca, como Suspendido en sinvergüenza (1965); tramas con la represión sexual de la época de fondo (Operación cabaretera, Operación Mata Hari, Operación Bi-Ki-Ni; El reprimido, Jenaro el de los 14, Manolo la nuit, Dormir y ligar, todo es empezar (todas con Alfredo Landa), hasta, en la democracia, la caricatura política (Que vienen los socialistas, Alcalde por elección, Los autonómicos…Coincidiendo con el cine del destape, durante la Transición, formó un trío popularísimo con Fernando Esteso y Andrés Pajares, que comenzó con el éxito de Los bingueros, en 1979, estrenada poco después de que se legalizara el juego en España. Llegó a conseguir más de un millón de espectadores por cada una de las nueve películas que hicieron juntos. De hecho, la Academia recuerda en su comunicado que con la divertida Yo hice a Roque III (surgida al calor del éxito de Rocky), en la que Esteso intentaba convertir en un boxeador a Pajares, consiguió que retrasasen dos semanas el estreno de El Imperio contraataca en España porque la distribuidora temía que la película estadounidense no podría competir con el tirón de Ozores, Esteso y Pajares.Ozores parodiaba la realidad española, según la Academia tenía la “habilidad para pulsar la actualidad en cada momento desde la comedia”. Así En un lugar de la Manga y Venta por pisos trataban del bum inmobiliario de los años sesenta; Los Caraduros surgió a raíz de la expropiación del holding Rumasa; Que gozada de divorcio, cuando se aprobó la ley del divorcio, en 1981. El director contaba que en ocasiones iba al cine a ver sus películas con un magnetofón para grabar las risas y comprobar cuáles eran los chistes que mejor habían funcionado. “Escribía lo que me gustaba porque primero soy público y después soy director”, recuerda la Academia que dijo Ozores, que firmó 150 guiones. Para el cineasta la clave de la comedia era la sorpresa del espectador y la representación de la cotidianidad. “Siempre hice la película que quise, no tengo ningún recuerdo malo de ninguna de ellas. Nos los pasábamos muy bien. Antes de empezar un rodaje solía decirle al equipo: ‘Señores, vamos a hacer una película y de paso a divertirnos”, recordaba a este periódico en 2016.La capilla ardiente de Mariano Ozores se instalará en el Tanatorio de la Paz de Madrid y estará abierta en la tarde de este miércoles, donde amigos y compañeros podrán rendirle homenaje.
Muere el director de cine y guionista Mariano Ozores a los 98 años | Cultura
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