Nada de lo que ocurra este domingo en Interlagos (18:00 horas, Dazn) será definitivo en la primera gresca a tres de la Fórmula 1 de la tecnología híbrida. Pero los patinazos no penalizan igual si tenemos en cuenta que el margen para corregirlos es cada vez más estrecho. Lo sabe Max Verstappen, el que llega más apurado al tramo decisivo de la temporada, y también Oscar Piastri, metido en la dinámica funesta de la que su vecino de taller, Lando Norris, ha salido con ese barniz de estupendismo que tanto atrae a unos, y tanto repele a otros. Red Bull, normalmente aliado de Verstappen, esta vez le complicó la vida en Brasil, donde el holandés volador dejó al tendido con la mandíbula en el suelo tras quedar eliminado en la primera criba de la cronometrada (Q1), en la que terminó el 16º. Sobre un asfalto muy delicado por la lluvia que hizo estragos en la prueba corta, la falta de agarre martirizó a la escudería energética y a su buque insignia, que se fue a su caravana con cara de alucine: “No entiendo nada”.Hacía cuatro años, desde el Gran Premio de Rusia de 2021, que el actual campeón no se veía en una de esas, aunque en aquella ocasión salió el último por culpa de una avería en su monoplaza. De hecho, esta es la tercera vez desde que viste el mono de la marca del búfalo rojo (2016) que se queda fuera de la Q2 por una cuestión ajena a problemas en su coche. Norris, que en menos de un mes ha pasado de ser el Pupas al gran favorito a la corona, arrancará desde la ‘pole position’, la sexta para él en lo que llevamos de curso, y la segunda consecutiva; mientras que el Piastri, que no da pie con bola, lo hará el cuarto. Fernando Alonso lo hará el undécimo, y Fernando Alonso, el 15º.Verstappen es el que lo tiene más peludo en términos matemáticos. Anímicamente, el más tocado es el australiano, cuyo último triunfo data de finales de agosto, en Zandvoort, precisamente donde comenzó la frenética recuperación de ‘Mad Max’. Desde entonces, el multicampeón ha perpetrado un saqueo: ha sumado 121 puntos, con tres triunfos de cinco posibles; por los 90 puntos de Norris y los 47 del chaval de Melbourne, el menos fructífero de los cinco primeros clasificados en esa ventana de tiempo. En la penúltima sprint del año, este sábado, en Brasil, Piastri terminó contra las barreras y facilitó que su compañero aumentara su margen al frente del Mundial, que ahora es de nueve puntos a su favor. Verstappen marcha el tercero, a 39 puntos de su amigo y a 30 del corredor de Victoria.Sin saber mucho de caza ni tampoco pretenderlo, no es difícil imaginarse que cualquier batida requiere de un mínimo de estrategia si uno no quiere irse a casa con el remolque vacío. A lo que aspira Verstappen no es a eso, sino a culminar la que sería la recuperación más bestial de la historia de la Fórmula 1. Subido a un Red Bull que desplegó las alas en Monza gracias a una revitalización que comenzó con un nuevo fondo plano, el actual campeón se ha visto con una coyuntura favorable provocada por el pique ‘fratricida’ entre Norris y Piastri. Los dos siguen metidos en un McLaren que comenzó como el mejor monoplaza de la parrilla antes de meterse en un agujero difícil de interpretar desde fuera, del que Norris parece haber encontrado la salida. Entre una cosa y otra, los 104 puntos que hace dos meses separaban al holandés del líder (Piastri) se han dividido casi por tres. Eso arroja un recorte medio de 20,0 puntos por gran premio en ese periodo, por más que el piloto de Hasselt tenga prácticamente imposible mantener esa tendencia en Brasil, donde la temporada pasada también comenzó el 17º y pudo cruzar la meta el segundo, en una remontada que difícilmente se repetirá.

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